sábado, 6 de noviembre de 2010

La educación media... una paradoja de la polìtica educativa colombiana

Jenny Puentes, Eliana Trigos,
Catalina Mejía y Claudia Fernanda Monroy


La política educativa de la educación media, a pesar de su intención de desarrollar competencias para el mundo laboral y del emprendimiento, para el ingreso a la educación superior, de generar mayor cobertura, entre muchos otros aspectos, se convierte en una paradoja de la realidad y de las necesidades de la juventud colombiana.

La educación media, según la Ley 115 de 1994, en su artículo 27 explicita: “constituye la culminación, consolidación y avance en el logro de los niveles anteriores y comprende dos grados, el décimo (10o.) y el undécimo (11o.). Tiene como fin la comprensión de las ideas y los valores universales y la preparación para el ingreso del educando a la Educación Superior y al trabajo”. La Educación Media en nuestro país tiene carácter de académica o de técnica y al finalizar otorga el título de Bachiller que habilita al estudiante para ingresar al nivel de Educación Superior en cualquiera de las instituciones: técnicas profesionales, Universitarias o escuelas tecnológicas y Universidades.

Las instituciones de Educación Básica dentro de su PEI desarrollan un plan curricular que atendiendo a las disposiciones legales y reglamentarias, articulan la educación básica y la media en un solo proyecto educativo. La educación media académica y la técnica desarrollan diferentes objetivos entre los cuales se encuentra la preparación del estudiante para la vida universitaria y la formación profesional. Estos proyectos educativos institucionales se ven frustrados ante la realidad de la sociedad, realidad que enfrenta a los recién graduados con grandes barreras socioeconómicas para el ingreso a la universidad, con altas tasas de desempleo que desestimulan el acceso a una formación de cualquier tipo. Pues en nuestro país los niveles de desempleo y subempleo a pesar de políticas en su contra, siguen en aumento.

Al realizar una mirada histórica de la educación media en Colombia esta se ha considerado como la forma de preparar al futuro bachiller para el mundo laboral y académico. Para ello, por ejemplo, en la década de los 70 se movilizan modalidades a través de modelos curriculares como lo fueron los Institutos de Enseñanza Media Diversificada (INEM), los Institutos Técnicos Agrícolas (ITAS), los Centros Auxiliares de Servicio Docente (CASD) y, finalmente el convenio de Mejoramiento y Desarrollo de la Educación Técnica entre el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

Otro momento muy importante y de nuevas concepciones fue la reforma educativa de 1994, donde se plantea que “La educación media tendrá el carácter de académica o técnica. A su término se obtiene el título de bachiller que habilita al educando para ingresar a la educación superior en cualquiera de sus niveles y carreras (Artículo 28)”. Atendiendo a esta distinción, “La educación media académica permitirá al estudiante, según sus intereses y capacidades, profundizar en un campo específico de las ciencias, las artes o las humanidades y acceder a la educación superior (Art.29/Ley 115)” y “La educación media técnica prepara a los estudiantes para el desempeño laboral en uno de los sectores de la producción y de los servicios, y para la continuación en la educación superior (Art. 32/Ley 115)”.

Otro aspecto muy importante de análisis y atendiendo a la razón de ser de la Educación Media es el índice de matriculados y la relación de edad, lo cual es muy preocupante, pues disminuye considerablemente con relación a la educación básica, según fuente del Ministerio de Educación Nacional, años 2002 a 2009. Según expertos en análisis de política educativa (Gómez, 2009, p.24) uno de los factores agravantes está dado en el hecho de exigir la obligatoriedad de nueve años de escolaridad cuando frente a los estándares internacionales se plantean como mínimo requerido 12 años de escolaridad y a esto se suma la pérdida de una educación gratuita que sólo se ofrece en el nivel básico, factores que minimizan cada vez más la culminación de esta etapa escolar.


http://menweb.mineducacion.gov.co/seguimiento/estadisticas


http://menweb.mineducacion.gov.co/seguimiento/estadisticas

Uno de los aspectos en los que se debe centrar la discusión sobre el espíritu de la educación media es la denominada “Articulación”. En el año 2005, se firma un convenio entre SED y el SENA con el ánimo de otorgar un certificado de aptitud profesional (CAP) denominado por algunos como el grado 12º, lo cual no varía mucho en la intención que hacia los años 70 y 80 se planteó. La gran dificultad de estas articulaciones en la media técnica ha sido la adecuación del Proyecto Educativo Institucional (PEI) a las modalidades, la financiación, la corresponsabilidad colegio – SENA y la evaluación y seguimiento de la misma.

Tomando en cuenta la globalización y los avances tecnológicos de los últimos años, que generan cambios en las habilidades de un trabajador, para tener un mejor desempeño en el mundo laboral, el Ministerio de Educación Nacional (MEN), sigue fomentando la articulación de la educación con el mundo productivo, con el único fin de facilitar la inserción al mundo del trabajo a los bachilleres del país.

Para ello, pone como responsables a las instituciones de educación básica y media, la formación de competencias laborales. “Las competencias laborales son el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que aplicadas o demostradas en situaciones del ámbito productivo, tanto en un empleo como en una unidad para la generación de ingreso por cuenta propia, se traducen en resultados efectivos que contribuyen al logro de los objetivos de la organización o negocio” (MEN 2003).

Luego de 8 años de gobierno, al analizar los resultados de este proyecto, podemos mencionar, que a pesar de las adaptaciones al currículo que algunos colegios hicieron para poder responder a esta exigencia, no es suficiente; pues en la mayoría de los casos, no se cuenta con docentes con la formación pertinente, ni con la infraestructura y medios adecuados.

Esto hace que el ambiente no proporcione el efecto que se busca y los estudiantes sigan con la actitud de estar formándose solamente para sobresalir en una prueba académica, y no para formarse en competencias laborales que les facilite la inserción en el mundo laboral. Además, el alto grado de desempleo y las pocas oportunidades que ellos ven en su medio, ponen una barrera que dificulta la calidad de esta formación, en las instituciones de educación media.

Si además resaltamos el poco reconocimiento que, a nivel social se tiene de la formación técnica y el desconocimiento de los ciclos propedéuticos, podemos entender el por qué tanto estudiantes como padres de familia, no ven como buena alternativa la formación técnica. Otro aspecto determinante es que, la mayoría de los estudiantes de las instituciones públicas, no seleccionan su colegio por la modalidad, sino por ser el más cercano a su lugar de residencia y por esto encontramos estudiantes a los que no les agrada la modalidad de la institución en la que estudian, y lo asumen con desagrado y poca responsabilidad, incluso en las instituciones que tienen convenios con el SENA e instituciones de formación técnica y tecnológica se presentan estos inconvenientes.

Dado lo anterior, es clave tener en cuenta que “los gastos promedio por estudiante en el sistema educativo colombiano, se mantienen muy por debajo de los países industrializados, las tasas de estudios completos son bajas, el rendimiento en ciencia y tecnología es débil y, sobre todo, existe una gran brecha en el rendimiento de los alumnos de niveles socioeconómicos medios y altos que concurren a escuelas adecuadas, y los de los sectores populares que suelen asistir a escuelas de baja calidad (Puryear, 1997). En estas circunstancias, la segmentación educativa lleva a que los jóvenes provenientes de los sectores más pobres de la población entren en un círculo vicioso de exclusión, pues carecen del capital humano y social que sea capaz de competir por los puestos calificantes del mercado de trabajo” .

Tomando en cuenta esto mencionado por María Antonia Gallart, a pesar de estar enfocada a otros países, vemos que en Colombia ocurre lo mismo pues se imponen programas “para mejorar la calidad educativa” pero cada vez se reduce más el presupuesto para educación y, para nadie es un secreto que la calidad cuesta y si se está pensado en personas de estratos bajos que son los que ingresan a los planteles de educación pública, con más razón se requiere de una buena asignación presupuestal.

Un buen tema de investigación, basado en la alta deserción universitaria, sería analizar si en dos años de educación media, el estudiante en verdad adquiere las herramientas cognitivas, sociales, culturales y de desarrollo de competencias educativas necesarias para afrontar con éxito la formación universitaria. Adicionalmente, revisar a la luz de los Proyectos de orientación vocacional y de las necesidades sociales, culturales y económicas de nuestro país, la pertinencia y suficiencia de nuestra educación media, tengamos en cuenta que la educación internacional cuenta con un año más de formación antes de la formación profesional. Analizar este punto seguramente nos dará algunas luces para esclarecer esta paradoja de la educación media colombiana.

Referencias bibliográficas

Gómez V, Díaz, C. (2009). El puente está quebrado… Aportes a la reconstrucción de la educación media en Colombia. Colombia: Editorial Universidad Nacional de Colombia.

http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-104657_archivo_pdf.pdf
http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-102770_archivo_pdf.pdf
http://www.rieoei.org/oeivirt/rie04a06.htm